viernes, 19 de febrero de 2016

Matrimonio,familia y divorcio.


Las mujeres se casaban, generalmente, entre los trece o diecisiete años.
En la relación matrimonial ambos tenían siempre que estar de acuerdo, y ésta no cesaba hasta que una de las dos partes lo decidía así. De todas formas, era más frecuente que el que tomara la decisión del divorcio fuera el hombre, aunque la mujer también lo podía hacer siempre que quisiera. En este caso, se mantiene la igualdad entre hombres y mujeres.La mujer debía ser fiel a su marido, ya que el adulterio le estaba castigado con la muerte, puesto que no era considerada una falta moral, sino religiosa porque se entendía como un engaño a los dioses domésticos. Sin embargo, los hombres sí podían buscar, sin vergüenza, la compañía de otras mujeres de baja condición, prostitutas o sirvientas. Los hijos fruto de esta unión no tendrían derecho a participar en la comunidad religiosa y serían tratados como extranjeros. 

miércoles, 17 de febrero de 2016

5 cosas que no sabías del latín


1. El latín debe su nombre a que tuvo su origen en el Lacio, llamado antiguamente Vetus Latium (”antiguo llano”).
2. Es una lengua sintética, al contrario que el castellano, que es principalmente analítica. Esto quiere decir que para representar los casos o funciones utilizaba la flexión, mientras que las lenguas analíticas usan palabras añadidas.
3. La razón de que la mayoría de las palabras en castellano acaben en -a es que también lo hacían en el acusativo latino (ROSAM). La -M final del acusativo casi no se pronunciaba incluso en tiempos de la antigua Roma mas que en ambientes refinados y cultos. Las palabras derivadas del latín que en castellano acaban en -o tienen su origen en términos latinos cuyo acusativo acababa en -UM. La -m final cayó rápidamente, y el castellano huyó de las terminaciones en -u, como se puede comprobar observando la práctica inexistencia de palabras españolas que acaban en este fonema.
4. Aunque nuestro alfabeto procede del alfabeto latino, hay un par de letras extrañas a él. Una de ellas es la i griega (y). Su aparición se debe a neologismos que se introdujeron en latín procedentes del griego, que era considerado por los antiguos romanos una lengua prestigiosa y más culta que el latín.
5. En latín no existía la letra jota, ni las letras minúsculas. Las palabras con jota que existen en nuestro idioma proceden normalmente de la i latina, que podía utilizarse en latín como consonante (IOCARE>jugar). Tampoco la u, cuyo sonido se representaba con la V. Esta grafía también podía usarse como consonante o vocal (VOLVO, ROTVLA).

viernes, 5 de febrero de 2016

Las expresiones en latín que más empleamos en español


Alma máter
Literalmente, “madre nutricia”, aunque se utiliza para referirse de forma metafórica a una universidad y por ello, es un término de género femenino. Suele llevarnos a la confusión, ya que pensamos que equivale al alma castellana, que en realidad proviene del latín “anima”. Es una palabra que se emplea con mucha frecuencia en el inglés.

Spa
Muy pocas de esas personas que se pasan los fines de semana entre chorrito y chorrito conocen el verdadero origen de esta expresión, conformada por las siglas de “sanitas per acquam” (“salud por el agua”). ¿Y “jacuzzi”? Nada que ver: debe su nombre a los hermanos Jacuzzi, empresarios italianos que desarrollaron dicho equipo terapéutico a comienzos del pasado siglo.

Vademécum
Quizá lo más interesante de este término es que proviene de la locución “vade mecum”, es decir, “ven conmigo”, que es el antónimo de “vade retro” (con o sin Satanás), es decir, “aléjate de mí”. 


Rara avis
Pocas personas dudan que esta locución signifique “ave rara” y sirva para designar a alguien único en su especie. El problema surge cuando tenemos que ponerle delante un artículo: ¿es femenino o masculino? Según la RAE, se utiliza con más frecuencia en femenino, ya que las aves lo son, aunque se admite su empleo en masculino.

Quisque
Aunque “todo quisque” a nuestro oído suene a macarrismo propio de los años setenta, la realidad es que se trata de una locución latina que significa “cada uno”. Por eso, expresiones como “cada quisque” o “todo quisque” resultarían redundantes.